Cada vez surgen más desarrollos nacionales para hacer inteligentes a las ciudades, al campo y las industrias. Si bien Argentina aún carece de infraestructura que la haga funcionar al nivel de los países más ‘smarts’ del mundo, existe mucho talento y preparación en cuanto a los recursos humanos.
Una de las empresas argentinas que más promete en este rubro es Less, dedicada al desarrollo de dispositivos capaces de medir, a través de sensores, una gran cantidad de variables que pueden ser de utilidad en diferentes industrias. La información es enviada a internet para que el usuario pueda disponer de la misma y basarse en ella para tomar decisiones relativas a su negocio o ámbitos diferentes. Infobae conversó con uno de sus fundadores, Sebastián García Marra.
¿Qué mejoras se pueden hacer en el funcionamiento de las ciudades gracias a la incorporación de estas tecnologías?
En las ciudades se pueden hacer muchas cosas, como instalar estaciones ambientales que midan las condiciones climáticas o la calidad del aire, saber en tiempo real si un paso a nivel está inundado y si las bombas están funcionando bien o, para estar seguros si se viene una tormenta, si todo va a marchar perfectamente. También se pueden generar aplicaciones relativas al transporte para hacerlo más eficiente y brindar información relevante del usuario. Es decir, ayuda en todo lo que tiene que ver con los datos que se generan en la ciudad y cuyo conocimiento puede servir para predecir y tomar decisiones en cosas tan simples como mirar el celular y saber si hay un embotellamiento en el camino que tenías programado.
¿Cómo estamos en Argentina en cuanto al nivel de implementación de esta tecnología?
Es disímil, porque la ciudad de Buenos Aires es como una isla dentro del país. En CABA hace tiempo que se vienen incorporando soluciones de este tipo, incluso hay varias estaciones ambientales. A nivel de transporte falta un poco más, pero en cuanto a la infraestructura se están implementando cosas como el smart lighting que son luces inteligentes que permiten un ahorro energético considerable.
¿Cuál es el grado de desarrollo en comparación a otras ciudades del mundo?
La ciudad de Buenos Aires todavía está lejos de las realidades de otras metrópolis del mundo. Lo que falta es la infraestructura necesaria para que estos dispositivos puedan estar conectados. Hoy en día eso se hace a través de una red celular, como si el sensor fuera un teléfono.
Falta infraestructua, pero ¿el capital humano está?
Sí. Hay mucha gente súper capacitada para llevar adelante este tipo de desarrollos, es sólo cuestión de tasa de absorción de nuevas tecnologías. Hay grupos trabajando en aplicaciones específicas que están al nivel de cualquier otro país del mundo.
Esta tecnología permite optimizar procesos y elevar la eficiencia.
Algo que no puede esperar mucho porque el crecimiento de estas tecnologías es muy acelerado…
Va muy rápido. A nivel mundial, todo lo que tiene que ver con sensores conectados y con la instalación de nuevas redes ‘explotó’. Hace tres o cuatro años era algo apenas incipiente. En la próxima década vamos a ver muchísimos más sensores de distinto tipo y aplicaciones que ni siquiera se nos podrían ocurrir ahora y que van a estar en la calle formando parte de nuestra vida cotidiana.
¿Qué aplicaciones nuevas se están desarrollando para las industrias?
Hay muchísimas, por ejemplo en la agricultura, referidas al acopio de granos, la humedad del suelo y para hacer agricultura de precisión. En otras industrias, los procesos que tienen que ver con lugares que necesitan estar en condiciones de temperatura y humedad específicas, o los niveles de contaminación de un líquido en algún proceso.
Tan importante como capturar esos datos es saber qué hacer con ellos, cómo procesarlos y cómo aplicar esa información a diseñar una nueva operación o estrategia…
Si, han crecido exponencialmente las formas de recoger y almacenar datos, pero si a esos datos no se los convierte en información útil, es difícil que puedan aportar algo relevante. Hay todo un desafío en el área que se lo conoce como Big Data, que tiene que ver con procesar grandes volúmenes de datos de una manera en la que pueda agregar valor a los ciudadanos, industrias y al negocio.
Muchos vecinos de CABA aún creen que los beneficios que trae la incorporación de alta tecnología son sólo para aquellos que tienen smartphones con 4G, cuando en realidad es así…
Muchas veces no vemos directamente los beneficios de la tecnología. En realidad es al revés: la tecnología es más útil y más fina cuanto más sutil e invisible se vuelve. Por ejemplo, si hay sensores en un paso a nivel para saber si las bombas están funcionando bien, el ciudadano ni siquiera lo va a saber. Para que eso pase y funcione de esa manera, tuvo que haber mucha tecnología involucrada, aunque éste no lo sepa o vea. Lo que sí va a ver es que hubo una tormenta y tal vez ni se enteró por qué la ciudad no se inundó. Hay muchísimos ejemplos más donde la tecnología se vuelve totalmente invisible y en realidad es cuando más útil es.
Fuente: InfoBAE