Así como pueden convertirse en generadoras de negocios también llevan a evitar la intermediación. Crecen los grupos y páginas específicas así como también la oferta directa.
El móvil para la mayoría de la población que vive en ciudades se ha convertido en algo imprescindible dentro de la vida diaria. A través de él, la mayoría de los habitantes urbanos nos informamos e interactuamos, configurándose también para muchas actividades en una herramienta laboral insustituible.
El entorno tecnológico que se sintetiza en el móvil hace de este cada vez más una plataforma que multiplica exponencialmente y acelera el crecimiento del uso de las redes sociales y espacios de conectividad, los cuales están cambiando usos, costumbres, relaciones y formas de hacer negocios.
Más allá del uso “social” que deriva del nombre utilizado para catalogar a Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, Whatsapp o Snapchat, entre otras existentes y entre las que vendrán, resulta irrefutable que ya las hemos adoptado como medios naturales para comunicar múltiples mensajes y establecer los más variados vínculos.
Como es lógico, también dentro de estas redes y más allá de su uso para marketing y promoción de productos inmobiliarios que en ellas se haga, a través de un trabajo específico y profesional que incluye pagar anuncios o patrocinios, cada vez más es utilizada por el público en general para hacer conocer que está en la búsqueda de un auto, un nuevo trabajo o también una nueva vivienda.
Hoy ya resulta usual encontrarse entre los post de Facebook, con mensajes donde alguien comunica que está buscando un departamento en alquiler o que puso en venta su casa o que está buscando un departamento amoblado para un primo que viene a estudiar desde el exterior.
Así como parte de estos mensajes pueden ser aprovechados para acercar una solución por parte de las inmobiliarias a través de su cartera o bien captar nuevas propiedades, también facilitan el contacto directo que evita la intermediación.
Si bien esta comunicación potenciada entre particulares es vista aún como una amenaza latente por el sector de la intermediación inmobiliaria, lo cierto es que ya se hizo notar dentro del segmento del alquiler residencial tradicional donde no abunda la oferta de buena calidad a través de los canales tradicionales. Sobran las referencias, locales e internacionales, de particulares que logran alquilar un departamento entre sus “amigos” o sus contactos o los “amigos de sus amigos” o los “contactos de sus contactos”.
Esta tendencia no sólo se advierte entre mensajes aislados sino que se verifican y potencian a través de grupos específicos que se unen en torno de un interés común como puede ser el de alquilar o comprar o vivienda.
A nivel local en Facebook existen ya grupos cerrados exclusivos para alquiler y venta entre particulares que cuentan con varias decenas de miles de integrantes e incluso superan en algún caso los 175 mil seguidores. Con solo poner “Dueño vende” o solamente “Dueños” se puede observar y verificar esta tendencia.
Así, ya no se trata de pensar o ver que hacer en y con las redes, estamos en las redes, por ende cualquiera sea el rol, profesión o actividad que se desarrolle, las redes y la tecnología lo están poniendo en crisis.
Sin duda quien no advierta esta nueva realidad, se sentirá amenazado, buscará protegerse y terminará aislado. Pero, para quien la acepte como parte de una nueva dinámica social, cultural y económica, y la incorpore a tiempo se abre también una enorme ventana de oportunidad.
Fuente: Reporte Inmobiliario